sábado, 18 de octubre de 2008

EN EL SIGLO XXI SEGUIMOS COMO NATIVOS.

Los campesinos paraguayos han desafíado y amenazado abiertamente a los brasiguayos- productores, que en verdad son más paraguayos que brasileros, para que desalojen las propiedades que según sostienen, les pertenecen por naturaleza.
¿Es posible que en pleno siglo XXI, cuando la tecnología es lo que mueve al mundo, en el Paraguay muera gente a causa de reclamos por parcelas de tierras como índigenas en la época colonial?
El Gobierno aboga por el diálogo antes que a la violencia, sin tener en cuenta que las ideologías no son maleables y su fin es el eje motivador.
Si bien el Estado presenta políticas de Reforma Agraria, hasta la fecha sólo han sido plabras llevadas por el viento. Mientras en el campo, allá donde la necesidad, forma parte de un campesino más, no puede esperar a que un ministerio acomode cuestiones para donar un dinero que hace tiempo debía paliar la crispación campo- productor y evitar una lucha que de aquí a esta parte, se ha vuelto una lucha de clases.
Con todo estos acontecimientos...¿qué imagen estamos vendiendo al exterior? ¿qué empresario inversionista querrá arriesgar su dinero en un país donde ni el propio estado puede frenar tanta ola de violencia?
Urge medidas antes de que nuestro propio vecino quiera tomar como suyo nuestras pertenencias y luego defenderse diciendo...si ellos reclaman tierras y expulsan extranjeros ¿por qué yo no tendré el mismo derecho si el Estado no interviene para tal cosa?
Cada quien con su cada cual...si eso no es respetado sin duda, hemos retrocedido a la era de las cavenas, donde el más fuerte se quedaba con la mujer más linda!!!

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